lunes, 20 de noviembre de 2023

EL DIOS DE TODOS LOS QUE LE BUSCAN

 Isaías 19

"En aquel día Israel será tercero con Egipto y con Asiria, una bendición en medio de la tierra. Porque Jehová de los Ejércitos los bendecirá diciendo: Benditos sean Egipto mi pueblo, Asiria obra de mis manos e Israel mi heredad." (19:24,25)

Con esta promesa de Dios, finaliza un capítulo del libro del profeta Isaías que demuestra lo impopular para los "religiosos" y para los de "sangre pura" que siempre han optado por la distinción y discriminación de otros.

Incluso las olas posmodernas liberalistas de los movimientos de la confusión de género y formas de vida que confrontan lo normal y lo original, ellos que tanto hablan de "inclusión", excluyen y condenan a los que son diferentes a ellos.

En resumen, el ser humano "es" conflictivo y discriminativo por naturaleza. Una naturaleza caída y sometida al pecado.

Hasta en las mejores familias, como en el caso de la familia heredera de las bendiciones de Dios, Jacob y sus 12 hijos vivieron encuentros desafortunados de discriminación y de luchas por la aceptación y los primeros lugares. Los 12 hijos fueron el reflejo de la lucha de sus madres, 4 mujeres, que sin elegirlo, ni siquiera por su marido, fueron expuestos a la naturaleza conflictiva y le enseñaron con el ejemplo a sus hijos, quienes no tuvieron impedimentos para "eliminar" la hijo preferido, a José... Pero Dios, que todo lo sabe, mostró su plan eterno aún en la crisis familiar que vivieron.

Desde entonces y mucho antes, el pueblo de Israel ha vivido una constate presión para "demostrar" que son el pueblo de Dios a un mundo acostumbrado a tomar lo que no es suyo, a robar, matar y destruir, justo como lo es el príncipe de este mundo.

Por lo tanto, leer el capítulo 19 de Isaías es una contradicción a las políticas humanas actuales que buscan premiar y encontrar quién es el primero, quién es el digno, quién es el elegido, quién es el amado, quién es la solución (en la política de siglo XXI, se está buscando al presidente que solucione tantos problemas, parece más probable aceptar la propuesta Apocalíptica de un falso mesías, el anti cristo que se profetizó)...

Dios muestra su soberanía y amor para todo el mundo en recordarnos que no importando nuestro linaje ni procedencia, si tan solo amamos, obedecemos y reconocemos a Dios como Señor y Rey, entonces somos parte de un pueblo aún ignorado en este mundo, el pueblo verdadero de Dios.